ADN permite comprender cómo se extendió la agricultura en Europa

El análisis de ADN de hace 5.000 años, tomado de los restos de cuatro seres humanos de la Edad de Piedra, encontrados en Suecia, está ayudando a los investigadores a comprender cómo se extendió la agricultura por Europa, en el pasado. Concretamente, el autor principal del estudio, publicado en ‘Science’, Pontus Skoglund, la práctica de la agricultura parece haberse extendido con los migrantes, desde el sur hasta el norte de Europa.  Cazadores-recolectoresLa agricultura no fue lo único que los primeros agricultores europeos introdujeron en la región. Sobre la base de los datos genéticos, los investigadores afirman que los primeros agricultores de Europa mezclaron sus genes con los cazadores-recolectores, una relación que preparó el camino hasta el genoma europeo actual.

 «Se han analizado los datos genéticos de dos culturas diferentes –una de cazadores-recolectores, y otra de agricultores– que existieron en la misma época, a menos de 400 kilómetros de distancia la una de la otra», ha explicado Skoglund, quien ha añadido que, «después de comparar los datos con las poblaciones humanas modernas de Europa, se ha encontrado que los cazadores-recolectores de la Edad de Piedra estaban fuera de la variación genética de las poblaciones modernas, pero eran más parecidos a los individuos finlandeses; y que los agricultores analizados, muestran una estrecha similitud con las poblaciones del Mediterráneo».

Estos descubrimientos podrían tener algo que ver con la expansión de la agricultura en toda Europa, según los investigadores. La mayoría de expertos coinciden en que el modo de vida agrícola se originó hace unos 11.000 años, en Oriente Próximo, antes de llegar al continente europeo, unos 5.000 años más tarde. Ahora, este nuevo estudio podría ayudar a los científicos a comprender el impacto de esa revolución de la agricultura, sobre la diversidad humana.

Skoglund y sus colaboradores llevaron a cabo su análisis con antiguos restos de tres cazadores-recolectores, asociados con la cultura Pitted Ware (cerámica agujereada), encontrados en la isla de Gotland, en Suecia, junto con los de un agricultor, que se asoció con la cultura campaniforme, encontrado en Gökhem, también en Suecia.

Los antiguos cazadores-recolectores mostraron una firma genética distinta, similar a la de los europeos del norte de hoy; mientras que la firma genética de los agricultores se asemeja mucho a la de los europeos del sur, según los investigadores. Curiosamente, estos genomas antiguos no comparten muchas similitudes con el de los suecos actuales, a pesar de haber sido descubiertos en Suecia.

«El hecho de que los cazadores-recolectores sean más similares a los finlandeses, y otras poblaciones del norte, sugiere que fueron la última parte importante de la población mesolítica que ocupó gran parte de Europa, antes de que los primeros agricultores aparecieran», ha explicado el coautor del informe, Anders Götherström.

Los investigadores han concluido que los primeros agricultores de Europa viajaron hacia el norte, atravesando el continente, y se instalaron en estas regiones, mezclándose con las poblaciones de cazadores-recolectores.

Fuente: Europa Press  27/4/2012

La cerveza, los bárbaros y la Iglesia desde la Antigüedad tardía a la Alta Edad Media

Vd. que prefiere ¿vino o cerveza?

En el punto álgido del Imperio Romano, los ciudadanos romanos, sin duda, votarían a favor del vino. A medida que el imperio se expandió hacia las áreas circundantes, el aumento de la exposición a la cerveza solidificó aún más la preferencia de los romanos por el vino, no sólo como una bebida, sino como un símbolo de Romanitas.

Una cerveza bárbaraLa cerveza, elaborada en su mayor parte en las provincias no adecuadas climáticamente para la uva y el vino, se asoció rápidamente con los bárbaros y por lo tanto, se oponía a los valores romanos. Mientras la autoridad romana se desvaneció en Europa occidental a través de los siglos V y VI, el cristianismo se difundió, y las fuentes cristianas delatan la aceptación de la cerveza, de manera tácita y luego de forma explícita. Esta progresiva presencia eclesiástica en las provincias romanizadas del oeste corrió paralela a la desaparición del estigma «bárbaro» de la cerveza. La cerveza se abrió camino en la cultura de la cristiandad occidental, y se convirtió en una bebida aceptable. Este reconocimiento final de los méritos de la cerveza es un indicador importante y se pasa por alto con demasiada frecuencia de lo que fue la transición del Imperio Romano hacia la Edad Media.

El papel de la cerveza en el mundo académico ha sido hasta hoy en gran medida inconsistente. La mayoría no piensa en el estudio científico de la cerveza como una actividad válida en el mundo académico. Los prejuicios modernos, más bien, tienden hacia lo anti-académico, considerando esta bebida como una válvula de escape para los estudiantes universitarios que tratan evadirse de los rigores de la universidad. Es lamentable que el mundo posterior a la época de la Ley Seca tienda a no tomar muy en serio la cerveza. Cualquier persona que se tome un poco de tiempo para estudiar se dará cuenta de que la bebida tiene una historia larga, rica e interesante. Los estudiosos de la antigua Mesopotamia, Egipto y Oriente Próximo, por ejemplo, han reconocido la importancia de la cerveza en estas sociedades. Incluso en la prehistoria o protohistoria, los arqueólogos no dudan en examinar en profundidad las diversas repercusiones sociales de sus hallazgos relacionados con la cerveza. Leer más de esta entrada