«La Ciudad Blanca» podría ser uno de los hallazgos más importantes del siglo XXI

La llamada «Ciudad Blanca» prehispánica cuyos vestigios fueron encontrados recientemente en la Biósfera del Río Plátano, en la costa atlántica de Honduras conocida como «La Mosquitia», podría tener una extensión de cinco kilómetros, dijo el gerente del Instituto Hondureño de Antropología (IHAH), Virgilio Paredes.

“Se está considerando que estos vestigios arqueológicos encontrados podrían ser uno de los más importantes del siglo XXI. Estamos hablando de una ciudad de cinco kilómetros, más grande que Copán”, dijo Paredes. Por petroglifos y grandes piedras blancas encontradas en las inmediaciones de los ríos que cruzan la Biósfera, se estima que podría ser la mítica Ciudad Blanca o la llamada por los indígenas Pech y Payas como “Ciudad del Dios Mono”. Localización aproximada de la Ciudad BlancaLas primeras referencias no indígenas de la misma las dio en 1544 el obispo español, Cristóbal de Pedraza, luego fue mencionada por varios historiadores hondureños, y en 1939 el arqueólogo estadounidense, Teodore Morde aseguró haber estado en la ciudad de la que tomó evidencias. Teodore Morde se marchó sin dar la ubicación por temor a que Ciudad Blanca fuera invadida por saqueadores de tesoros y buscó financiación para hacer nuevas expediciones con protección oficial del sitio, sin embargo murió atropellado por un automóvil, llevándose el secreto a la tumba.

«Estamos pensando que a finales de año, en noviembre, podrían estar entrando y entonces los arqueólogos podrían definir qué cultura estuvo asentada en esta zona de la Biósfera”, apuntó Paredes.

La Biósfera del Río Plátano, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO está situada en los departamentos de Olancho, Gracias a Dios y Colón, tiene una extensión de 815 mil hectáreas y es fronteriza con la de Bosawas en Nicaragua.

La exploración a iniciarse este año, sería con apoyo de Estados Unidos, ya que a la zona sólo puede llegarse por aire, para poder descender e instalar un campamento con arqueólogos nacionales y extranjeros, explicó el gerente del Instituto Hondureño de Antropología.

Por ser Honduras un país de escasos recursos económicos, ya tiene ofertas de apoyo financiero y técnico para realizar las investigaciones de Rusia, China, Estados Unidos, España y de varias fundaciones, agregó Paredes. Indicó que la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) también tiene prioridad en este descubrimiento en Honduras, de la magnitud que tuvo Copán, principal centro maya, en el occidente del país, considerada la “Alejandría de América”.

En el área estudiada no entra la luz del sol, debido a la densa vegetación: los árboles de este lugar llegan a medir 62 metros de altura, lo que equivale al tamaño de un edificio de 20 pisos. Este hecho complica la exploración de la zona, que según las autoridades, podría llevar entre 50 y 100 años. Hallar los vestigios debajo del denso bosque de la jungla hondureña fue posible gracias a la  denominada tecnología de Detección Aérea de Luz y Medidas de Rangos (LIDAR, por sus siglas en ingles, un nuevo sistema de escaneo aéreo por medio de láser). 

Fuente: El Correo de las Culturas del Mundo 3/7/2012

En otros medios:   RT Sepa más  19/5/2012  «Hallan los vestigios de la mítica ‘Ciudad Blanca’ en Honduras»

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Hallan calendario maya en Xultún que desmonta el mito del fin del mundo en 2012

Un equipo de investigadores de EE.UU. anunció ayer el descubrimiento del calendario maya más antiguo documentado hasta la fecha, que data del siglo IX (alrededor del 800 dC), pintado en las paredes de un habitáculo encontrado en la ciudad maya de Xultún (Guatemala). El calendario documenta ciclos lunares y lo que podrían ser planetarios, según explicaron ayer en una rueda de prensa los arqueólogos William Saturno, de la Universidad de Boston, y David Stuart, de la Universidad de Texas-Austin. La estructura fue descubierta en 2010 por Max Chamberlain, un estudiante del equipo de Saturno, que estaba siguiendo las trincheras abiertas por los saqueadores a través de la ciudad de Xultún, escondida en la selva de la zona de Petén.

El calendario maya más antiguo

El calendario documenta ciclos lunares y lo que podrían ser planetarios, según explicaron en una rueda de prensa los arqueólogos William Saturno, de la Universidad de Boston, y David Stuart, de la Universidad de Texas-Austin.

Además, su hallazgo, que se publica esta semana la revista Science, desmonta la teoría de quienes auguran que el mundo se acabará el 22 de diciembre de 2012 basándose en los 13 ciclos largos del calendario maya, conocidos como «baktun«, ya que éste tiene 17 «baktunes». «Esto significa que hay más periodos de los 13 conocidos hasta ahora«, subrayó Stuart, quien señaló que el concepto ha sido «manipulado» y aseguró que el calendario maya continuará con sus ciclos millones de años más y que la fecha de este año es simplemente un cambio de ciclo. “Es como el cuentakilómetros de un coche, con el calendario maya rodando desde 99.999 a 100.000. Según los números dan la vuelta, el coche se acerca cada vez más al depósito de chatarra; pero la cuenta de los mayas simplemente empieza de nuevo”, explica Anthony Aveni, profesor de astronomía y antropología en la Universidad Colgate de Nueva York y coautor del trabajo. Por tanto es lo mismo que ocurre con nuestro año, siglo o milenio.

Las débilmente visibles inscripciones numéricas en la pared en Guatemala miden el tiempo en aproximadamente incrementos de seis meses, basadas en seis ciclos lunares, con pequeñas y estilizadas figuras de dioses mayas que indican cuál era la deidad de una parte específica del tiempo, dijeron el jueves los investigadores en una sesión informativa en Internet. «Parece bastante claro que lo que tenemos aquí es un calendario lunar«, dijo David Stuart. El hallazgo también ha sido publicado en la web de National Geographic y el reportaje aparecerá en la edición de junio de la revista, ya que financió parte de la investigación, aunque para los más curiosos se pueden estudiar detalles del hallazgo en imágenes de alta resolución en el sistema GigaPan.

Otros símbolos en rojo parecen ser notas y correcciones a los cálculos de los mayas, según dijo el doctor William Saturno, quien enfatizó que mientras nosotros buscamos el fin del tiempo, los mayas andaban detrás de una garantía de que nada cambiaría. «La pared fue usada como un científico moderno utilizaría una pizarra, para escribir fórmulas consultadas con frecuencia en vez de tener que fijarse en un libro«, señaló Stuart.

Los jeroglíficos pintados en lo que podría ser un templo o una casa de la megaciudad de Xultún, en la región guatemalteca de Petén, es varios siglos más antiguo que los Códices Mayas escritos en libros de papel de corteza de árbol del periodo Postclásico tardío (1325-1521). Los expertos destacan que hay glifos y símbolos «que sólo aparecen en un lugar: el Códice de Dresde, que los mayas escribieron muchos siglos más tarde» y que se cree que es del año 1.250, señaló Stuart.    Leer más de esta entrada

El descenso de las lluvias en Yucatán provocó el ocaso de la civilización maya

En El Mundo 23/2/2012

Un estudio recién publicado asegura que la desintegración de la civilización maya, ocurrida entre los siglos IX y X de nuestra era, pudo estar relacionada con la disminución de las lluvias. Reducciones relativamente modestas en las precipitaciones se relacionan con la caída de esta cultura mesoamericana, según un estudio dirigido por los profesores Martín Medina-Elizalde, del Centro para la Investigación Científica de Yucatán en México y Eelco Rohling de la Universidad de Southampton en el Reino Unido y que se publica en el último número de la prestigiosa revista ‘Science’.Civilización Maya

Según ha declarado el profesor Rohling en un comunicado, los resultados de su investigación muestran que hubo pequeñas disminuciones en las lluvias entre el momento álgido de la civilización maya y el de su ocaso,entre los años 800 y 950 d. C. «La pérdida de lluvias es de un 25% a un 40% en el volumen anual, pero eso fue lo suficiente como para que el efecto de la evaporación se impusiera sobre el de la lluvia, de modo que el agua disponible se redujo rápidamente».

Hay que tener en cuenta que la región del Yucatán y su entorno, donde floreció la cultura maya, tiene unas características geográficas y climáticas que la hacen especialmente vulnerable a la sequía. Pese a que popularmente se crea que es una zona selvática y húmeda, en realidadpertenece al trópico seco, donde las precipitaciones no son especialmente abundantes y además son estacionales, con periodos del año de falta de lluvia. Además, el suelo predominante en la zona es calizo. Este es muy poroso, de manera que la mayor parte del agua se filtra al subsuelo y no hay grandes depósitos ni ríos disponibles en superficie.

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Juan Antonio Belmonte: «Nos falta sólo un poco de suerte para descubrir vida en otros planetas»

Entrevista en La Vanguardia del 10/2/2012. ¿Quién no ha alzado nunca la vista al cielo para contemplar las estrellas? Esta acción, tan antigua como la Humanidad, es un punto de conexión entre todas las civilizaciones, que introdujeron aspectos de la observación del cosmos en su cultura y sociedad. Y este es el campo de actuación de la arqueoastronomía, una disciplina que une arqueología y astronomía para conocer cómo los seres humanos se han relacionado con el Universo a lo largo de la Historia. Juan Antonio Belmonte, doctor en Astrofísica, vicepresidente de la Sociedad Europea de Astronomía de la Cultura y miembro del Instituto de Astrofísica de Canarias, es actualmente una de las voces más escuchadas internacionalmente en esta materia, y advierte antes de empezar: “Nuestra disciplina se llama arqueoastronomía, no astroarqueología”.

-¿Cuál es la diferencia, aparte de la inversión de los términos?
-La astroarqueología se ha quedado un poco para temas… de gente que relaciona los monumentos antiguos con la visita de extraterrestres. Nosotros hacemos arqueoastronomía, que literalmente sería astronomía antigua.

-Normalmente los astrónomos rehúyen de los mitos. ¿Nada a contracorriente?
-No te creas, no es tan a contracorriente. ¿Qué trataba de explicar la mitología? ¿Qué hacen los cosmólogos? Responden a las preguntas básicas: de dónde venimos, cuándo y cómo se formó el Universo, por qué, aunque esto no lo sabe nadie. Como arqueoastrónomo estudio cómo los seres humanos se han enfrentado al Universo en tiempos pasados. Como astrofísico, estudio cómo los seres humanos nos enfrentamos al Universo hoy en día.

-¿Y hay muchas diferencias?

-Ninguna, salvo el método científico. Antiguamente se acercaban al conocimiento del cosmos con mitos, ideas, creencias… y nosotros lo hacemos con hipótesis que cuando se verifican se convierten en tesis, leyes y teorías.

-Ellos daban alma al cielo y nosotros…
-…nosotros también. La astrofísica es una de las ciencias con más alma que conozco. La prueba la tienes en la cantidad de astrónomos aficionados que hay. Somos de las pocas profesiones que nos llevamos de maravilla con nuestros amateurs, mientras que los arqueólogos y los suyos se llevan a muerte, y los curanderos con los médicos…

-… y los astrónomos con los astrólogos…
-Es que la astrología es otra cosa. Lo único que han hecho ha sido usurparnos el nombre. En realidad deberían llamarse horoscopistas. No hacen nada con las estrellas reales pues trabajan con un supuesto cielo de hace 2000 años y que dejó de existir hace mucho tiempo.

-¿Los astrólogos están anticuados?
-No es que estén anticuados, es que son como una religión. Su corpus de creencia se gestó entre el siglo III a.C y el siglo I d.C. Y con él trabajan hoy en día.

-¿Qué ve cuando mira el cielo?
-Las raíces más profundas del pensamiento humano. La forma de responder a las preguntas de lo que no sabemos. Sólo conocemos el 7% del Universo. No conocemos qué es la materia oscura ni mucho menos la energía oscura. Es como si vivieras en un palacio con 100 habitaciones y sólo conocieras siete. Te gustaría conocer las otras 93. Pues en la antigüedad era exactamente igual, ya sean los antiguos egipcios, los que levantaban megalitos o los mayas.

-¿Por qué sabían tanto del cielo?
-Porque no había televisión, ni cine, ni periódicos… ¿Qué podías hacer por la noche después de la caída del Sol y después de cenar, aparte de… El cielo es un magnífico tapiz donde contar cuentos, inventar historias, generar tus mitos.

-Pero no sólo eso. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, cuando la estrella Sothis aparecía, lo interpretaban como la llegada de la inundación del Nilo.
-Claro. Antes te he dicho una cosa que no es del todo cierta, que la diferencia fundamental entre antes y ahora es que utilizamos el método científico, pero en la antigüedad también lo hacían. El uso por parte de los egipcios de Sothis para predecir la inundación es método científico aplicado hace ahora unos 4.500-4.600 años. Los mayas, por ejemplo, podían predecir cuando sembrar el maíz.

-Hablando de los mayas… Menuda la han liado con su famoso calendario maya.
-No han liado nada, pobrecitos. Ellos desarrollaron su calendario, su cuenta larga con fechas de cinco números.

-¿Los hemos malinterpretado?
Esa cuenta larga se usó durante tres o cuatro siglos en las tierras bajas mayas como la forma estándar de medir el tiempo, hasta que de pronto este sistema se abandonó en el siglo X. Se redescubrió en el siglo XIX-XX y de ahí viene que se dieran cuenta que el final de un ciclo maya importante ocurriría el 21 de diciembre de 2012, pero ya está.

-¿Nada más?
-No dijeron nada sobre si iba a ocurrir algo en esta fecha. Es como si nuestra civilización se extinguiera y alguien la descubre, la estudia y de pronto se da cuenta de que en tal fecha de su tiempo se va a llegar al 1 de enero del año 5000. Y dice: “Uy, qué interesante, eso significaría algo para ellos”, pero no tendrían ni idea. Pues nosotros no tenemos ni idea de lo que significaba para los mayas esa fecha.

-¿Por qué la hemos interpretado como el fin del mundo?
-Porque en el año 2000 no ocurrió nada. Siempre ha habido profetas. Si los mayas no pudieron prevenir su propio colapso, ¿por qué tendrían que ser capaces de predecir el nuestro?

-Se dice que se ve mejor la paja en el ojo ajeno que en el propio…
-No, en este caso te puedo garantizar que no.

-Pero se fijaban mucho en el cielo, y se basaban en ello.
-Incluso hacían guerras. Según los movimientos del planeta Venus, el ejército de una determinada ciudad se podía poner en marcha, atacar a la de al lado y arrasarla. Así lo habrían “visto” en las estrellas.

-¿Qué conocimiento astronómico le ha sorprendido más que tuviera alguna civilización antigua?
-No sabría decirte. Es muy hermoso investigar civilizaciones y de pronto darte cuenta de los conocimientos que poseían. Hay un texto muy curioso de Herodoto que dice que los fenicios habían circunnavegado África, y Herodoto dice que es imposible. Uno de los argumentos que da es que, en el transcurso del viaje, los marineros fenicios informaron que en algún momento habían tenido el Sol a la derecha. Para Herodoto esto era imposible. Cuando doblas el Cabo de Buena Esperanza, en el hemisferio sur, el sol está en el norte.
-Es la prueba entonces de que sí lo hicieron.
-Esa es.

-¿La astronomía nos da certezas históricas?
-Nos da muchas claves. Sirve, por ejemplo, para ayudar a fijar la cronología del antiguo Egipto a través precisamente de las fechas sothiacas, también de las lunares y crear el entramado en el que se estructura toda la historia faraónica. La astronomía es una herramienta muy poderosa.

-¿Y qué dice sobre la orientación de los edificios, como las Pirámides?
-Tienen una orientación astronómica maravillosa. Reflejan en piedra las creencias sobre la otra vida que existía a principios de la dinastía IV. Están perfectamente orientadas al norte, sur, este y oeste de forma que el corredor de acceso a la tumba está dirigido hacia el área de las estrellas imperecederas.

-Hacia la eternidad.
-Sí. Nunca salen ni nunca se ponen, nunca nacen ni nunca mueren. Son eternas. El deseo del faraón era convertirse en una de ellas.  Por otra parte, los templos funerarios estaban adosados a la cara este, mirando hacia el Sol naciente. El otro deseo del faraón era unirse al Sol Ra en su viaje diario alrededor del cielo. Las pirámides, con esta orientación, conseguían que el alma del faraón lograra su objetivo.

-¿Hay algún monumento que se le haya resistido?
-Hay un grupo de tres dólmenes espectaculares en la Bretaña francesa en lo alto de una montaña y cada uno mira en una dirección totalmente disparatada del cielo. No hemos dado con la clave que explique el yacimiento. Los famosos alineamientos megalíticos de Carnac se piensa que tienen que ser astronómicos, pero nadie ha ofrecido una explicación convincente.

-¿Qué verían en común la mayoría de civilizaciones antiguas en el cielo?
-Todos los pueblos del planeta se han hecho las mismas preguntas. Y hay una cuestión muy importante: el miedo a la muerte. Los cielos dan esperanza. El Sol muere cada noche pero resucita cada mañana. La Luna sigue sus ciclos de 29 días: nace, crece, se desvanece, muere y vuelve a resurgir. Las estrellas cada noche aparecen y siguen unas pautas que sirven para marcar las estaciones. Esa capacidad de los cielos tan tremenda de renovación hizo que desde muy temprano se les asociara la idea de inmortalidad y de sobrevivir a la muerte.

-Y los dioses están en el cielo.
-Por supuesto.

-¿El cosmos nos influye?
-En todos los sitios influye. Por ejemplo, hay una serie de estrellas, las Pléyades, que salen en todas las mitologías porque son visibles en todas las partes del mundo habitadas por humanos. Sólo no lo son desde la Antártida y como que ahí sólo hay pingüinos… Marcaban la cosecha en el Mediterráneo, o la llegada de la estación de las lluvias en Mesoamérica… Es lo que se conoce como un fenómeno de convergencia. Ante necesidades similares, los seres humanos adoptan soluciones similares.

-¿Aunque las civilizaciones estén separadas en el espacio y en el tiempo?
-Aunque no tengan nada que ver las unas con las otras. Por ejemplo, el año de 365 días sólo se ha descubierto en dos sitios a lo largo de la historia y de manera independiente: por los egipcios y los mayas. Y no hay ninguna relación entre ellos.

-Ambos tienen pirámides.
-Es que si tú quieres construir una montaña, ¿cómo lo haces? Si quieres un sitio para acercarte al cielo, ¿cómo lo construyes? Con pirámides. Lo más fácil es una pirámide escalonada. Así empezaron los egipcios y los mayas nunca pasaron de ahí. Hay pirámides generalmente en civilizaciones asociadas a los ríos y en zonas donde no hay montañas: el valle del Nilo, Mesopotamia, las tierras bajas mayas, los valles chinos…

-Otro punto en común es el diluvio universal…
-Eso ya es otra cuestión distinta. Es un tema que he trabajado pero no es mi terreno. Esto son arenas movedizas.

-Se queda con la astrofísica.
-A pesar de ser una ciencia no rentable desde el punto de vista económico, según dicen algunos, ¿por qué es una ciencia que apoyan casi todas las civilizaciones?

-¿Por qué?
-Porque responde a las preguntas básicas: quienes somos, de dónde venimos, a dónde vamos y una de las más importantes últimamente: ¿estamos solos en el Universo? Estas preguntas que nos hacemos ahora, urbanitas del siglo XXI, se las hacían los que construían dólmenes hace 7000 años.

-¿Me las puede responder rápidamente?
-No.

-Como mínimo la última. ¿Estamos solos?
-No, creo que no estamos solos. Ya hemos descubierto planetas parecidos a la Tierra. En mi tiempo de vida, descubriremos vida en otros planetas, estoy casi seguro.

-¿Inteligente?
-Eso ya es otra cuestión. Pero vida, sí. Ya tenemos los experimentos, sólo nos falta un poco de suerte para descubrir vida en otros planetas, como la que tuvimos en el año 1995 cuando se descubrió el primer planeta fuera del sistema solar, y ya llevamos 700.

-¿Alguna vez nos han visitado extraterrestres?
-No.

-¿Podrían haber visitado alguna civilización antigua?
-No. Un astroarqueólogo te diría que sí, pero no. Los viajes interestelares son muy complicados.

-Para nosotros.
-No. Por las leyes de la física.

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