Jan Klabbers: Necesitamos una ética de la virtud, aplicable a todas las autoridades

Tendencias 21. Jueves, 17 de Enero 2013.  Por Yaiza Martínez.
A pesar de la aceleración de la globalización, que conlleva la interconexión de todas nuestras acciones a escala mundial, actualmente no existe una ética de la gobernanza global creíble. Ni siquiera una ética fiable para la política internacional, tal y como esta se ha concebido tradicionalmente.ImagenEn este marco sociopolítico, Jan Klabbers, profesor de derecho internacional en la Universidad de Helsinki y exdirector del Centre of Excellence in Global Governance Research de la Academia de Finlandia, propone la siguiente solución: el diseño de una ética de la virtud aplicable a individuos y, por tanto, a los líderes de todos los sectores, así como a las actuaciones que estos realicen.

Según explica al respecto la Academia de Finlandia en un comunicado, esta ética de la virtud serviría para complementar las leyes actuales y se aplicaría en los intersticios más problemáticos de la ley: en situaciones no sometidas a leyes, conflictivas en el terreno de lo legal o en aquellas que dejan demasiada libertad de actuación a las autoridades.

El proyecto de Klabbers se concentrará en definir qué características o qué tipo de acciones cabría esperar legítimamente de los individuos que gobiernan el mundo. El investigador señala que una ética de la virtud –adaptada a los diversos roles de los dirigentes de los diversos sectores- serviría para prevenir conflictos, evitar que estos empeoren e, incluso, ayudar a su resolución. En la siguiente entrevista, el investigador nos explica con más detalles sus ideas.

 ¿Cuál es el origen del proyecto de desarrollo de una ética de la virtud aplicable a líderes de organizaciones internacionales, asesores políticos, gestores de corporaciones globales, jefes de estado o de gobierno o a cualquier autoridad?

Con el paso de los años, se ha hecho evidente que las leyes por sí solas no son suficientes, y que a menudo acaban culminando en una sola cuestión: ¿quién decide?. Las normas legales (en realidad, todas las normas) son indeterminadas, en el sentido de que nunca se aplican por sí solas, sino que necesitan a alguien que las aplique. Pueden resultar conflictivas, así que requieren que alguien tome decisiones sobre ellas.

Además, pueden ser demasiado inclusivas (abarcar situaciones que no les corresponden), no suficientemente inclusivas (no aplicarse a situaciones en las que sería deseable que se aplicasen) o a menudo se encuentran con excepciones, por lo que alguien debe decidir si aplicar la norma o la excepción. Todo ello sugiere que se deberían contemplar las características personales de los que toman estas decisiones.

¿Cuál sería entonces la diferencia entre una ética de la virtud y las leyes ya existentes?

En mi opinión, las normas son necesarias en cualquier sociedad compleja, pero, como he dicho, por si solas no son suficientes. Por tanto, el enfoque en una ética de la virtud podría servir como complemento, como contribución al vocabulario con el que contamos para evaluar las actividades de las personas que toman decisiones en la gobernanza global.

Por otra parte, existen situaciones en las que los actores relevantes no están para nada sometidos a normas legales (piense, por ejemplo, en el caso del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea): en estos casos, una expansión de nuestras herramientas de evaluación también podría resultar beneficiosa.

¿Cómo podría convencerse a políticos o líderes de toda índole para que actuaran siguiendo las directrices de una ética de la virtud?

Quizá no sea tanto cuestión de convencer a las autoridades, como de seleccionarlas cuidadosamente desde el principio. En lo que se refiere a la persuasión, las acciones virtuosas podrían legitimar a líderes y dirigentes, y dado que la legitimidad es un recurso útil para ellos, quizá de esta forma considerasen acertado no ser tan arrogantes o ser honestos y consecuentes con lo que prometen, etc.

¿Cómo podría compaginarse una ética de la virtud (individual) con leyes y normas internacionales (de Estados o grandes corporaciones) que parecen condicionar todos los actos de los individuos con responsabilidades políticas, empresariales o sociales? ¿No cree que la ética de la virtud debería aplicarse simultáneamente en todas las capas del sistema, para que realmente pueda funcionar?

Tiene razón al sugerir que la ética también es una cuestión sistémica pero, como he señalado, no considero a la ética de la virtud como sustituto de factores sistémicos, sino más bien como un complemento de estos.

¿Qué estudios o iniciativas previos son la base de su trabajo sobre la ética de la virtud?

Por lo que yo sé, nadie ha planteado esto de manera específica y sistémica en lo que se refiere a la gobernanza global, pero algunos expertos (como Dag Hammarskjöld) sí que han estudiado la ética individual de ciertos individuos, y otros especialistas han aplicado la ética de la virtud a escenarios más específicos.

Además, profesores de economía han diseñado una ética de la virtud aplicable a los negocios, y estudiosos de la administración pública han hecho algo similar para directivos de agencias burocráticas nacionales.

Medio mundo conectado a Internet para 2017

Internet se ha convertido en parte fundamental de la vida diaria de muchísimas personas, de hecho el acceso a la Red de redes ha sido declarado derecho fundamental por la ONU, y poco a poco va mejorando sus resultados. O eso se espera.

Una nueva edición del Cisco Visual Networking Index refleja el fuerte ritmo de crecimiento que experimentará Internet gracias a los dispositivos móviles, el vídeo y la banda ancha fija.

One world: one internet.

One world: one internet.

Si a día de hoy una tercera parte de la población mundial, esto es, unos 2.300 millones de personas ya son internautas, en 2017 esta cifra debería rondar los 3.600 millones, lo que supone más del 48% del total de habitantes mundiales previsto para dentro de cuatro años. ¿Cuántos de ellos serán españoles? 39,2 millones.

Al menos así lo recoge el informe Cisco Visual Networking Index (VNI) 2012-2017, que analiza el crecimiento y evolución del Protocolo IP a escala global y que cree que esta evolución se deberá a la explosión de los dispositivos conectados (habrá unos 19.000 millones de conexiones en 2017), a las mejoras en banda ancha fija (la velocidad media se multiplicará por 3,5 de aquí a ese año, desde los 11,3 Mbpshasta los 39 Mbps) y a un mayor uso de los servicios y las apps de vídeo (se estima que 2.000 millones de personas recurrirán a ellos con una capacidad para generar 3 billones de minutos de vídeo al mes o el equivalente a 6 millones de años).

Y eso no es todo, a nivel de tráfico IP, los hogares producirán 74,5 Gigabytes mensuales frente a los 31,6 Gigabytes de estos momentos, ya que se pasarán de los 4,7 dispositivos/conexiones a los 7,1 dispositivos/conexiones. Y, entre tráfico fijo y móvil se alcanzarán los 1,4 Zettabytes anuales, la mayor parte gracias al uso y popularización de dispositivos como los smartphones, las tabletas y las televisiones.

Evolución geográfica

Pero también gracias a la pujanza de la región Asia-Pacífico. Eso sí, los lugares en los que el tráfico IP crecerá más rápidamente de aquí a cuatro años serán Oriente Medio y África. Por su parte, Europa Central aportará 8,8 Exabytes mensuales y Latinoamérica contribuirá con 7,4 Exabytes.

Lo más llamativo es que este cóctel de números, predicciones y crecimiento, y más concretamente el dato de los 1,4 Zettabytes, significa que el tráfico que cruzará las redes a escala global en 2017 será mayor que la suma de todo el tráfico de las tres décadas anteriores, ya que entre 1984 y 2012 se han movido en todo el mundo unos 1,2 Zettabytes.

Todo esto favorecerá a la difusión de dispositivos y conexiones compatibles con IPv6 desde los 1.600 millones registrados el año pasado a por lo menos 8.000 millones. No en vano, es predecible que alrededor del 42% haya sido diseñado teniendo en mente este protocolo.

Una constitución europea para el siglo XXI

5 octubre 2012 – THE GUARDIAN LONDRES

Los líderes europeos están gestando un nuevo proyecto para la Unión. Si quieren que el fracaso de 2005 no se repita, deberían inspirarse en el modelo sudafricano posterior al apartheid. Así lo defienden dos catedráticos, uno portugués y otro estadounidense.

Un fantasma ronda por Europa. El recuerdo de los referéndums nacionales de 2005 que rechazaron la constitución de la UE ha llevado a los líderes políticos a responder a la crisis actual con medidas de emergencia que no necesitan la aprobación popular. Pero las soluciones a más largo plazo requieren una legitimación democrática.EUrope-stars

José Manuel Barroso, presidente de la Comisión, ha llegado incluso a hacer un llamamiento para crear una federación de Estados naciones. El alemán Guido Westerwelle, junto a otros diez ministros de Exteriores [ocho según el original], recientemente propusieron reformas fundamentales que podrían desembocar en una Europa de dos velocidades: siempre que lo apruebe una mayoría cualificada de Estados miembros, el nuevo tratado sería vinculante aunque los demás Estados no den su aprobación. Estas modificaciones tan radicales no se pueden lograr sin el consentimiento popular.

La democracia directa es un asunto arriesgado. Europa no debe repetir los errores organizativos que contribuyeron al fiasco de 2005. La convención constitucional produjo entonces un texto de 350 páginas escrito en un idioma jurídico que desconcertaba a los votantes. Peor aún, no se hizo nada especial para animar a los ciudadanos a que deliberaran seriamente sobre la opción profética que tenían ante sí. No es de extrañar que los debates políticos estuvieran en su mayoría dominados por la insignificante política del momento.

Un nuevo contrato social

Esta vez, Europa debe seguir el ejemplo del exitoso experimento en tres fases de Sudáfrica para crear una constitución. Durante la primera fase, los participantes simplemente intentaron elaborar una declaración de principios básicos. Sólo después prosiguieron con un largo texto legal que determinaba el nuevo contrato social. Por último, el Tribunal Constitucional de Sudáfrica tenía que confirmar si los largos legalismos se ajustaban a los principios iniciales.

Para trasladar esta secuencia a Europa, el proyecto debería seguir los tratados actuales, organizando una convención que represente a las cámaras nacionales y al Parlamento Europeo, a los jefes de Estado y de Gobierno y a la Comisión Europea. Este organismo se centraría en formular principios constitucionales comprensibles, que luego podría revisar una conferencia intergubernamental.

Esta declaración, por ejemplo, expondría los amplios poderes concedidos a la Unión, pero no una lista detallada de competencias; establecería los principios de representación en los organismos europeos, pero no se pronunciaría sobre el sistema de voto. Tras la reciente propuesta de los ministros de Exteriores, también diría cuántos miembros de la UE deben ratificar el tratado final antes de que entre en acción entre las partes firmantes.   Leer más de esta entrada

‘La edad de los prodigios’ de Richard Holmes

por Daniel Mediavilla.

En ‘La edad de los prodigios’ Richard Holmes hace un retrato de los científicos que construyeron buena parte de los andamios filosóficos sobre los que se sustenta el mundo moderno.

No cortaron la cabeza de ningún rey ni lanzaron soflamas contra Dios, pero cuando se fueron su mundo tenía poco que ver con el que encontraron. Los científicos que aparecen en La edad de los prodigios, la fascinante obra de Richard Holmes (Editorial Turner), cambiaron el mundo utilizando el método más revolucionario que existe: observar la naturaleza con atención, acumular datos, analizarlos sin prejuicios y sacar conclusiones.La-edad-de-los-prodigios

El estudio del cosmos, liderado por William Herschell, descubrió un espacio profundo e inmenso en el que la posibilidad de que los humanos fuesen los únicos seres inteligentes se hacía improbable. Los geólogos, con James Hutton a la cabeza, encontraron un mundo antiquísimo, formado hacía millones de años y no 6.000 como sugería el estudio de la Biblia. Y la biología, con la teoría de Charles Darwin como estandarte, acabó de sacar a la humanidad del centro del universo.

En su retrato de la época romántica británica, Holmes comienza con la vuelta al mundo de Joseph Banks a bordo del buque Endeavour, al mando del capitán James Cook, que partió en abril de 1769, y acaba con la que inició Charles Darwin en el Beagle, en diciembre de 1831. El joven Banks, que después sería presidente de la Royal Society durante 42 años y se destaparía como uno de los mejores cazatalentos científicos de la historia, capturó en su viaje los instantes postreros de uno de los últimos paraísos en la Tierra, las islas de Tahití antes de la llegada de los europeos.

La destrucción de la inocencia a través de la exploración, de la que también se puede culpar a Darwin, es una de las acusaciones que algunos románticos hacían a los hombres de ciencia de la época y que hoy tienen sus ecos en los movimientos antivacunación o antitransgénicos. Ese intento por explicar la naturaleza y dominarla, que tan bien encarna Humphry Davy, otro de los protagonistas de la historia de Holmes, alentó la esperanza y el terror. La primera la encarna un invento como la lámpara de seguridad de Davy, que salvó a infinidad de mineros al protegerles de las explosiones de metano. El segundo, Frankenstein, la gran metáfora de la ciencia extralimitada y fallida, creación de Mary Shelley, una escritora nada contraria a los científicos que conocía a Davy y a muchos de los grandes de su tiempo.

Gran parte de las historias de aquella época siguen siendo actuales. La dualidad de la ciencia, útil para el bien y para el mal, se observa en el trabajo de Davy. Con su lámpara salvó vidas evitando explosiones, pero durante la larga guerra de su país contra Francia no dudó en poner su ingenio al servicio de la producción de explosivos para matar mejor al enemigo. Él, una de las mentes más poderosas de una época en la que se empezaron a poner en duda creencias arraigadas durante siglos, acabó renegando de la razón en sus últimos días. En sus Consolaciones en el viaje, una especie de memorias escritas cuando veía cerca su muerte, llegó a escribir que “el arte de vivir feliz es, creo, el arte de estar agradablemente engañado; y la fe es en todo superior a la Razón que, después de todo, no es más que un peso muerto en la edad avanzada, aunque sea como el péndulo para el reloj durante la juventud…

En su obra, Holmes recoge la complejidad de personas como Davy y hace un relato de las glorias de una época, pero también de sus miserias y sus dilemas, y cuando habla de ellos, habla también de nosotros. Leer La edad de los prodigios es, entre otras muchas cosas, embarcarse en un viaje por un tiempo y unas mentes que  ansiaban el conocimiento, la sustancia más explosiva que existe. Como muestra este libro, el camino para obtenerlo fue casi más interesante que los resultados que ha proporcionado.

La reunificación alemana es nuestro pecado original

El 3 de octubre Alemania celebró la herencia de Helmut Kohl, treinta años después de su llegada al poder, el 1 de octubre de 1982, y 22 años después de la reunificación alemana. Pero para Wolfgang Münchau, el canciller de la unidad alemana también es el que sembró el germen de la crisis europea actual.

Por  Wolfgang Münchau, Ex-corresponsal del Financial Times en Washington y en Bruselas, y miembro del equipo fundador del Financial Times Deutschland.

Había vuelto, allí, a la sala del grupo CDU-CSU del Bundestag [el 25 de septiembre, en una de sus escasas apariciones públicas con ocasión de una ceremonia celebrada en su honor]. Él, uno de los últimos grandes europeos de cristiano-demócratas alemanes, rodeado de un batallón de euroescépticos que aplaudían educadamente durante su visita al Reichstag. Helmut Kohl hoy teme por su gran sueño de la unidad europea. Y con razón.

Ante la puerta de Brandeburgo, en Berlín, el 3 de octubre de 1990.

Ante la puerta de Brandeburgo, en Berlín, el 3 de octubre de 1990.

Helmut Kohl, gran amante de las metáforas, nunca desaprovechaba una ocasión para hablarnos de las dos caras de una misma moneda: la unidad de Alemania y la de Europa. La fórmula era atrayente y probablemente también creía en ella. Sin embargo, resultó ser falsa. La unidad alemana no es el reverso de la unidad europea, sino más bien su antítesis. La reunificación alemana no es únicamente una de las causas profundas de la crisis europea, sino que también se encuentra en el origen de nuestra incapacidad de salir de ella. Esa es precisamente la tragedia del excanciller: su gran obra política (la reunificación alemana) producía la destrucción de su sueño político más grande (la unidad europea).

Cambio de cultura política

La reunificación precipitada de Alemania costó cerca de 2 billones de euros de transferencias sociales. Es el ejemplo más patente en el mundo de la mala gestión económica. Un récord que el desastre europeo está a punto de batir. No es de extrañar que los ciudadanos alemanes, que ya tuvieron (y aún tienen) que pagar por la reunificación, hoy se nieguen a seguir rascándose el bolsillo por Europa.

Estoy absolutamente convencido de que la antigua República Federal, sin reunificar, habría sabido gestionar mejor la crisis del euro. Contaríamos con una unión bancaria y presupuestaria y la deuda de Grecia se habría eliminado. La integración europea era la razón de ser en última instancia de la antigua República Federal. La crisis habría sido la ocasión de realizar una renovación institucional de la Unión Europea.

En lugar de la unidad europea, procedimos a realizar la unidad nacional. Cambiamos de capital al mismo tiempo que de cultura política, que ahora se encuentra más cerca de Moscú que de Bruselas, París y Londres. Recuerdo la respuesta que me dio un diputado y alto responsable de la CDU hace unos años, cuando le preguntaba sobre la coordinación de las políticas económicas en el espacio europeo: Alemania no coopera a nivel europeo, sino al nivel del G20, los veinte países más industrializados del mundo. Alemania ya no se considera miembro de la Unión Europea, sino una potencia autónoma, que trata de igual a igual a Estados Unidos, Rusia y China, sin preocuparse por las pequeñas molestias, como los Estados europeos.   Leer más de esta entrada

La tragedia de la Unión Europea

Por George Soros – 9/9/2012

Yo he sido un ferviente partidario de la Unión Europea como encarnación de una sociedad abierta: una asociación voluntaria de Estados iguales que cedieron parte de su soberanía por el bien común. La crisis del euro está convirtiendo ahora a la Unión Europea en algo fundamentalmente diferente. Los países miembros están divididos en dos clases –acreedores y deudores– y los acreedores son los que mandan: Alemania, el principal de ellos. Conforme a las políticas actuales, los países deudores pagan primas de riesgo cuantiosas para financiar su deuda estatal, lo que se refleja en el costo de su financiación en general, los ha llevado a la depresión y los ha colocado en una gran desventaja competitiva que amenaza con volverse permanente.Teatro de Dionisos

No es el resultado de un plan deliberado, sino de una serie de errores en la formulación de políticas que comenzaron cuando se introdujo el euro. Todo el mundo sabía que el euro era una moneda incompleta: tenía un banco central, pero no un tesoro público. Pero los países miembros no advirtieron que, al renunciar al derecho a imprimir su propia moneda, se exponían al riesgo de suspensión de pagos. Los mercados financieros no lo comprendieron hasta el comienzo de la crisis griega. Las autoridades financieras no entendieron el problema y menos aún vieron una solución. Así, pues, intentaron ganar tiempo, pero, en lugar de mejorar, la situación se deterioró. Se debió enteramente a la falta de comprensión y de unidad.

Se podría haber detenido e invertido esa evolución de los acontecimientos casi en cualquier momento, pero para ello habría sido necesario un plan acordado y abundantes recursos financieros con los que ejecutarlo. Alemania, como mayor país acreedor, dirigía, pero era reacia a aceptar más responsabilidades; a consecuencia de ello, se desaprovecharon todas las oportunidades de resolver la crisis. Ésta se propagó de Grecia a otros países con déficit y más adelante la propia supervivencia del euro quedó en entredicho. Como una ruptura del euro causaría un daño inmenso a todos los países miembros y en particular a Alemania, ésta seguirá haciendo el mínimo necesario para mantener la integridad del euro.

Las políticas aplicadas bajo la dirección alemana probablemente mantendrán el euro unido durante un tiempo, pero no para siempre. La permanente división de la Unión Europea entre países acreedores y deudores, los primeros de los cuales dictan las condiciones, es políticamente inaceptable. Si el euro se rompe con el tiempo y cuando así sea, destruirá el mercado común y la Unión Europea. Europa se encontrará en una situación peor que la que tenía cuando se inició la operación de unirse, porque la ruptura dejará una herencia de desconfianza y hostilidad mutuas. Cuanto más tarde en producirse, peor será el resultado final. Se trata de una perspectiva tan sombría, que ha llegado la hora de examinar opciones substitutivas que hasta hace poco se habrían considerado inconcebibles.

A mi juicio, la mejor opción es la de convencer a Alemania para que elija entre pasar a ser un hegemón más benévolo o abandonar el euro. Dicho de otro modo, Alemania debe dirigir o marcharse.  Leer más de esta entrada

Las lenguas Indo Europeas se originaron en Anatolia

Martín Cagliani – El castellano, el catalán o el gallego que hablamos, leemos y escribimos son parte de la familia de lenguas indoeuropeas, la más grande del mundo, es decir la que más gente habla en el planeta. La mayoría de Europa y América, mas parte de Asia, hablan idiomas indoeuropeos. Doce de estos idiomas son parte de las 20 lenguas más habladas del mundo, que son el español, inglés, hindi, portugués, bengalí, ruso, alemán, maratí, francés, italiano, punjabi y urdú. Durante los últimos dos mil años, la mayoría de estas lenguas han sido escritas, y su historia contada, pero todavía sigue la controversia sobre cómo, cuándo y dónde fue el origen de esta familia de lenguajes.

indoeuropeosEl que estén relacionados indica que tuvieron un origen común, ahora un equipo internacional de expertos ha publicado un estudio en al último número de Science, sobre un análisis bayesiano filogeográfico, es decir, utilizando la probabilística para hacer un estudio lingüístico y espacial de los idiomas indoeuropeos.

  La mayoría de los estudios históricos y lingüísticos actuales ubican el origen geográfico de esta familia lingüística en la región conocida como estepa Póntica, hace unos 6.000 años en lo que hoy es Ucrania. Las pruebas son de lo que se conoce como paleolingüística: algunas palabras relacionadas con la tecnología de los vehículos con ruedas se encuentran en todas las lenguas de la familia, y la arqueología ha demostrado que que los vehículos con ruedas no son más antiguos que esa fecha, y se ubican en esa región.

Pero una minoría vincula el origen de la familia indoeuropea con la expansión de la agricultura desde la península de Anatolia, hace unos 8.000 a 9.500 años. El nuevo estudio publicado en Science, apoya con pruebas a esta visión minoritaria. Se trata de un análisis que combina un modelo de la evolución de los léxicos de los idiomas individuales con un modelo espacial explícito de la dispersión de los hablantes de esos idiomas. Se han utilizado eventos conocidos en el pasado para calibrar cronológicamente el árbol familiar de los idiomas indoeuropeos.

Gracias a los léxicos, las palabras dentro de cada uno de los idiomas, pudieron retroceder en el tiempo, reduciendo el gran espacio cubierto en la actualidad por los lenguajes indoeuropeos hasta la pequeña región en la cual se originó ese lenguaje común a todos ellos. Y esa región es consistente con la que comentábamos antes relacionada con la expansión de la agricultura, en Anatolia, lo que hoy es Turquía.

Fuente: AlphaGalileo

Kati: El destino de los manuscritos andaluces de Tombuctú

«La sal viene del norte, y el oro, desde el sur, Manuscritos Kati
la plata proviene de la tierra de los blancos, pero las palabras de Dios, las cosas santas, las historias hermosas, sólo se pueden encontrar en Timbuktú»- Ahmed Baba al- Massufi (s. XVI).

Ahmed Baba era uno de los eruditos más destacados de Tombuctú en el período medieval. Sus escritos sobre la ciudad pueden entenderse mejor si nos remontamos en el tiempo a Tombuctú del Imperio Songhai en los siglos XV y XVI. Lo que se encuentra en los escritos de Baba es una de las odiseas más dramáticas de la historia cultural de la humanidad, la de los manuscritos de Kati. La historia, sin embargo, comienza en otra parte y va más atrás en el tiempo. Se inicia en Toledo en la España de hoy, y su legado sigue vivo en Tombuctú y otras ciudades de caravanas de África Occidental.

Desde el Tajo hasta el río Níger

Mediado el siglo XV los musulmanes que aún residían en Toledo comenzaban a sentir la presión que la sociedad cristiana, alentada por el poder, ejercía sobre las gentes de otra confesión. Muchos de estos musulmanes eran descendientes de las numerosas familias visigodas e hispano-rromanas convertidas al Islam en los primeros años del siglo VIII, poco después de la conquista. Ese era el caso de los Banu al-Quti, visigodos que adoptaron la fe de Mahoma quizá como una forma de seguir viviendo en la Ciudad de los Concilios bajo dominio omeya. Durante generaciones la peculiar cultura hispano-musulmana debió ir impregnando las formas de vida de esta familia con tolerancia y gusto por el saber y los libros, algo nada extraño entre los habitantes de las principales ciudades de al-Ándalus.

En 1467 Toledo está en llamas .La Toledo cristiana fue, a lo largo de muchos años, también ejemplo de convivencia, pero en la Castilla turbulenta del siglo XV el tiempo de tolerancia se acababa para los al-Quti ante la intransigencia religiosa en alza. Cuentan las crónicas que el 22 de mayo de 1468 un grupo de toledanos no católicos partían al exilio; entre ellos se encontraba el cadí Ali bin Ziyad, miembro de la familia al-Quti que ejercía de juez civil entre los musulmanes de Toledo.

Abarbanel, Farías o Pinedo,
arrojados de España por impía persecución,
conservan todavía la llave de una casa de Toledo.
Libres ahora de esperanza y miedo,
miran la llave al declinar el día;
en el bronce hay ayeres, lejanía,
cansado brillo y sufrimiento quedo. 
Jorge Luis Borges

Ali bin Ziyad al-Quti participó en la rebelión que provocó enfrentamientos entre musulmanes y cristianos. La rebelión es aplastada y el hombre se ve obligado a abandonar. En vez de dirigirse hacia Granada (el último reino islámico de al-Ándalus), se hace a la mar en el Estrecho de Gibraltar, llegando al Norte de África, sin otra cosa en su bolsa que algunos manuscritos. Nadie podría haber predicho que estos manuscritos se convertirían en la semilla de una floreciente escena cultural en África Occidental.

El intercambio cultural y económico entre África Occidental y Al-Ándalus florecía desde el siglo XI, y muchas ciudades africanas se reinventan en virtud de formar parte del oro y las rutas de las caravanas de sal. En el siglo XIV, Timbuktu brillaba como la joya de la corona del Imperio de Malí, gracias en particular a Mansa (Kankan) Musa. Musa reclutaba académicos, intelectuales e incluso los arquitectos de al-Ándalus y Egipto con el fin de convertir su reino en un centro de aprendizaje. La Mezquita Djinguereber, conocida como un centro de aprendizaje, construida por el arquitecto El-Saheli de Granada para Musa, sigue en pie en Timbuktu.

Finalmente, Timbuktu comenzó a aparecer en los mapas comerciales europeos y los estudiantes y académicos musulmanes venían hasta de Arabia y al-Ándalus. La culminación de la influencia andaluza, sin embargo, tendría lugar en el siglo XV a través de la familia Kati bajo el Imperio Songhai. Todo comenzó con Ali bin Ziyad, quien llegó a África occidental llevando sólo sus manuscritos. Su hijo Mahmud comenzó a usar el apellido Kati, por corrupción del nombre familiar al-Quti. Mahmud Kati tuvo una madre africana , y así Kati representó el enlace entre dos culturas.  Leer más de esta entrada

Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares firman declaración de colaboración institucional homenaje a Compromiso de Caspe

CASPE (ZARAGOZA), 28 Jun. (EUROPA PRESS) –   Los presidentes de los parlamentos catalán, balear, valenciano y aragonés han firmado este jueves en Caspe (Zaragoza) una declaración institucional que sienta las bases de un espacio de colaboración en el ámbito institucional, social, cultural y de fomento de la historia compartida durante siglos.

   De esta forma, los representantes de los legislativos de los territorios de la antigua Corona de Aragón han rememorado el sexto centenario del anuncio del veredicto del Compromiso de Caspe que entronó a Fernando de Antequera como Fernando I de Aragón, poniendo fin a las incertidumbres en la línea sucesoria tras la muerte sin descendientes de Martín el Humano.

Homenaje al compromiso de Caspe

Foto: CORTES DE ARAGÓN

  En un acto celebrado en la colegiata de la ciudad bajoaragonesa se ha recordado el espíritu de la Concordia de Alcañiz y del Compromiso de Caspe y la inteligente forma en la que nueve hombres solventaron el conflicto, compromisarios que representaban a los reinos de Valencia y Aragón y los territorios catalanes.

   El presidente de las Cortes de Aragón, José Ángel Biel, ha recordado como el aragonés Benedicto XIII, requirió a los nueve compromisarios que «se esforzarsen por abrir la senda de la justicia y apartar los inconvenientes de las pasiones y afectos particulares y aplazar a momento más apropiado las cuestiones secundarias en las que hubiera discrepancia legítima».

   Experiencia que, a juicio de Biel, debería «servirnos de ejemplo para resolver la solución de actuales conflictos», ya que supuso un «ejemplo de sabiduría política y de voluntad de concordia».

   José Ángel Biel ha realizado una férrea defensa de la política «como herramienta de paz, como instrumento social de progreso, como actividad humana de concordia, como útil cierto para diseñar la mejor salida de una situación crisis».

   La declaración institucional firmada este jueves persigue, además del homenaje al histórico acontecimiento, «reivindicar la conveniencia del entendimiento de los ciudadanos, los pueblos y los territorios».   Leer más de esta entrada

‘Pensar el siglo XX’ de Tony Judt y Timothy Snyder

El siglo XX se erige como la edad de las ideas, un tiempo en el que, para bien o para mal, el pensamiento de unos pocos se impuso sobre las vidas de muchos. De una claridad y lucidez sin precedentes, el último libro de Tony Judt (1948-2010), uno de los más incisivos historiadores contemporáneos, está destinado a convertirse en un clásico del pensamiento moderno. Pensar el s. XXPensar el siglo XX es a la vez un libro de historia, una biografía y un tratado de ética. Es una historia de las ideas políticas modernas en Occidente. Pero es también la biografía intelectual de Judt, nacido en Londres justo después del cataclismo que supusieron la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, cuando el comunismo afianzaba su poder en Europa del Este.

La excepcional naturaleza de esta obra se revela en su propia estructura: una serie de conversaciones íntimas con su amigo el historiador de la Universidad de Yale Timothy Snyder en las que Judt, con asombrosa elocuencia y erudición, rescata a los pensadores que han dado forma al mundo en que vivimos, presentando sus triunfos y fracasos.

Es, por último, una reflexión sobre la necesidad de la perspectiva histórica y de las consideraciones morales en la transformación de nuestra sociedad. Al recuperar lo mejor de la vida intelectual del siglo XX, abre el camino a una moral para el siglo XXI. Este es un libro sobre el pasado pero es también un libro sobre la clase de futuro al que deberíamos aspirar.

Su redacción fue terminada pocos meses antes de la muerte de Judt a causa de una enfermedad degenerativa.

Pensar el siglo XX
Tony Judt y Timothy Snyder
Ed. Taurus
Precio: 23 euros
 Rústica  – Páginas: 408 – 15 x 24 cm
ISBN: 9788430609109
Fecha: 16/05/2012
 
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