El movimiento «Slow»

Entrevista en La Contra de La Vanguardia el 20/1/2012 a Pier Giorgio Olivetti, director del movimiento Città Slow en 152 ciudades del mundo.

Imagínese que se va a vivir a un país lejano, próspero y bello: Australia…Pier Giorgio Olivetti

Hoy los talentos en paro se van.
Pues todo lo que echaría de menos allí: la comida de su tierra; sus vecinos, sus amigos y su familia; las calles de su pueblo, sus monumentos, su modo de vida y sus fiestas… Es lo que los slow defendemos: frenamos la banalización globalizada.

¿Cómo?
Un derrochador tiene dos coches y usa uno cada vez que sale; un ciudadano slow coge transporte público, pero, no porque sea un sacrificado, sino porque antes lo ha hecho más eficiente y agradable que su coche.

¡Ojalá!
Porque se ha implicado y ha presionado a sus gestores para que sea moderno, limpio y puntual y, ante algún incívico que lo ensucia o hace ruido, ha defendido lo de todos.

A menudo, nosotros no hacemos nada y culpamos de todo a los políticos.
La actitud slow es la opuesta: asumimos la responsabilidad de lo próximo: nos comprometemos a vivir en una ciudad con alma.

Es más cómodo votar o no y quejarse.
Apostamos por lo nuestro: el transporte, el vecindario, el comprar y el comer. Un italiano gasta el 12 por ciento de lo que gana en teléfono móvil y el 15 por ciento en comida.

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