En busca del misterio de los númidas

Por Jacinto Antón.  /  “Eorum in equitatu maxima laus fuit” (Su mayor gloria fue la caballería). La palabra númida conjura la vertiginosa imagen de la caballería ligera más famosa y decisiva de la antigüedad. Los jinetes que ayudaron a Aníbal a convertirse en leyenda, que luego colaboraron resolutivamente a su derrota en Zama y que más tarde cabalgaron junto a César en sus campañas en la Galia. Convertida en indispensable fuerza auxiliar de las legiones, la caballería númida era tan emblemática como los honderos baleares, los arqueros cretenses o los nadadores bátavos.

Representación de uno de los temibles jinetes númidasTito Livio, admirado de su virtuosismo ecuestre los comparó con los desultores del circo, los acróbatas caballistas, por tener la misma capacidad de saltar de un caballo a otro, incluso en pleno combate. ¿Pero quiénes eran esos númidas ágiles y veloces que han dejado un rastro de sobresaltado respeto en el mundo antiguo?

Originarios de Numidia (abundante en feroces leones, decía Plinio), un reino que comprendía partes de Argelia, Túnez y Marruecos, entraron en contacto con los cartagineses, que los usaron como mercenarios (Serge Lancel ha dicho que fueron para Cartago lo mismo que los cosacos para el imperio ruso), y luego con los romanos. Divididos en tribus y facciones, a menudo enfrentadas, los númidas apoyaron a Cartago o a Roma y guerrearon contra una y otra en las Guerras Púnicas. Entre sus caudillos figuran grandes personajes de la antigüedad como Sifax, aliado de Cartago y casado con la desgraciada Sophonisba, entregada por su padre Asdrúbal Gisco; Naravas, inmortalizado por Flaubert en Salambó; Masinisa, amigo de Escipión el Africano, y Jugurta, que tuvo en jaque a la república romana con sus guerras y sobornos.

Las fuentes clásicas nos dan información escasa y confusa sobre el pueblo númida, más allá de su relación con Roma, y la historiografía y la arqueología no los ha tenido muy en cuenta. Así que en realidad son unos grandes desconocidos y si historia está llena de enigmas. A resolverlos en lo posible se dedican ahora sobre el terreno un grupo de arqueólogos de la Universidad de Barcelona (UB) encabezados por Joan Sanmartí que excavan desde 2006 en el yacimiento númido-romano de Althiburos (actual el Medeina), en el noroeste de Túnez, en la provincia de el Kef, a 215 kilómetros de la capital del país y a menos de 50 de la frontera argelina.   Leer más de esta entrada

Arqueólogos ‘high tech’

Cavar con el pico y la pala, abrirse paso a machetazos por la espesura o aventurarse por senderos de cabras ya no es la receta obligada para los hallazgos arqueológicos; en ocasiones, ni hace falta moverse del despacho. El arqueólogo de salacot, pantalones y camisa caqui arrodillado en el fondo de una excavación comparte el escenario con el investigador sentado frente a su ordenador, que interpreta en la pantalla las pistas sobre tesoros ocultos suministradas por satélites, radares y otros complejos artilugios.

Sara Parcak

Imágenes utilizadas por la arqueóloga Sarah Parcak en su descubrimiento de un conjunto de pirámides y tumbas desconocidas en Egipto.

Tradicionalmente, los descubrimientos en esa disciplina se han producido en pozos cavados a partir de indicios vagos o hallazgos accidentales. Ahora resulta posible localizar yacimientos desde una oficina, sin pisar la jungla o el desierto. Los secretos del pasado se pueden desentrañar desde satélites situados a más de 700 kilómetros de altura. Ha sonado la hora de la arqueología con “mando a distancia”; una arqueología no destructiva capaz de detectar las reliquias enterradas sin siquiera hundir la pala.

“Las nuevas técnicas se reparten en dos grupos: la teledetección, que se practica desde las alturas, y los métodos de prospección geofísica, en contacto directo con el suelo”, explica el geólogo Enrique Aracil, director de la empresa Análisis y Gestión de Subsuelo (AGS), especializada en prospecciones para minería, obra civil y arqueología. “La primera hace registros a gran escala, aunque da menos detalles; los segundos operan en pequeñas superficies y proporcionan información más detallada”.

La teledetección tiene su antecedente en la fotografía aérea. El empleo de imágenes tomadas desde aviones para localizar ruinas ocultas les fue sugerido a los arqueólogos británicos por su eficacia demostrada en la detección de enemigos camuflados durante la I Guerra Mundial. Fue un aficionado, el aviador Charles Lindbergh, quien probó su utilidad al avistar las aldeas abandonadas de los indios pueblo en los barrancos de Arizona. Quizá su fruto más vistoso lo representen los geoglifos de Nazca (Perú), catalogados por Maria Reiche en los años cuarenta y cincuenta: trazados de formas antropomórficas y animales apenas visibles a ras del suelo.    Leer más de esta entrada

Fernando Pessoa y el retorno del rey

Actualización 28/9/2012:  Fernando Pessoa desembarca en Barcelona

Basado en un artículo de Diego Jiménez del 16/3/2012

Portugal debe a la conjunción de dos hechos, uno trágico y otro de naturaleza exegética, la emergencia del sebastianismo como leyenda. El hecho hermenéutico, a su vez, consecuencia de la lectura del antiguo testamento por parte de un zapatero de Trancoso, llamado Gonzalo Annes de Bandarra, consistió en la elaboración de una serie de trovas en las que el artesano anunciaba la llegada de un Mesías. El vaticinio del zapatero provocó más de una interpretación que construyeron el campo teórico que cobijaría a la leyenda.

Fernando-Pessoa-Sebastianismo

Fernando Pessoa: En Sebastianismo e Quinto Império se presenta los textos en los que el poeta portugués habla de la leyenda de Don Sebastián

El hecho trágico lo proporcionó la desaparición de un monarca. El rey don Sebastián de Portugal partió para Marruecos en 1578 donde, presuntamente, perdió la vida frente las murallas de Alcazarquivir junto a más de dieciséis mil combatientes. La desaparición del monarca, sin descendencia, sumió al país luso en la catástrofe, obligado dos años después a anexionarse a España desde el reinado de Felipe II, tío de don Sebastián, hasta el de Felipe IV. Don Sebastián era el Mesías que habría de volver para instaurar un nuevo Imperio devolviendo a Portugal el esplendor y libertad perdidos.

Podría parecer exagerado decir que los portugueses aún esperan la llegada de don Sebastián, pero a tenor de los comentarios que suscito una noticia en un medio sobre la publicación de un libro de Fernando Pessoa sobre sebastianismo con documentos inéditos, la vigencia de la leyenda en el imaginario colectivo parece seguir vigente. Un lector comentaba en el diario Público portugués que «nunca como ahora, el sebastianismo, como forma de enfrentar la dura realidad, se convirtió en una filosofía de vida. ¿Es irracional? Tal vez! Pero tiene el mismo mérito que los sueños o las religiones. Es decir, si, para nuestro equilibrio emocional, es útil creer que un Sebastião nos salvará del FMI y de los mercados, ¿qué hay de malo? Creo que éste fue el espíritu con que Pessoa escribió Mensagem«.

Fernando Pessoa, cuya patria era la «lengua portuguesa», escribió sobre el sebastianismo y vaticinó a su vez la llegada de un Quinto Imperio que, liderado por un Supra-Camões, volvería a situar a Portugal en el lugar que se merecía. El poeta en 1912 se estrenó en la revista Á Aguia con un artículo que levantaría una gran polémica en Portugal. La nueva poesía portuguesa sociológicamente considerada establecía un paralelismo entre Inglaterra y Francia y en el que auguraba la llegada de un nuevo esplendor literario para Portugal.    Leer más de esta entrada

El deshielo en Groenlandia ha elevado el mar 7 centímetros desde 2002

Los satélites del Experimento de Recuperación Gravitatoria y Clima (GRACE, por sus siglas en inglés) han conseguido medir con precisión desde el espacio el derretimiento de los glaciares de Groenlandia, según los datos revelados este viernes por el Centro de Investigación Alemán de Geociencias (GFZ), justo cuando se celebra el décimo aniversario de estos satélites gemelos.Groenlandia se funde

Este sábado, 17 de marzo de 2012, los dos satélites gemelos GRACE, habrán estado en órbita durante, exactamente, 10 años. Los científicos los llaman «Tom y Jerry», porque se persiguen el uno al otro, trazando, exactamente, la misma órbita alrededor de la tierra.

Desde su lanzamiento, en el cosmódromo ruso de Plesetsk, los dos satélites han dado la vuelta a la Tierra más de 55.000 veces, en una órbita casi polar entre los 450 y 500 kilómetros de altitud. GRACE es un proyecto conjunto de la agencia espacial de los EE.UU., la NASA, y el Centro Aeroespacial Alemán (DLR). El investigador principal de la misión es el profesor Byron Tapley, de la Universidad de Texas; y el co-investigador principal es el doctor Frank Flechtner, del Centro de Investigación Alemán de Geociencias GFZ.

El escudo de hielo de Groenlandia tuvo que hacer frente a una pérdida de 240 gigatoneladas (1 Gt = 109 t) de masa entre 2002 y 2011; lo cual se correspondió con un aumento del nivel del mar de alrededor de 0,7 mm por año, es decir 7 centímetros en el conjunto del periodo. Estos datos se conocen gracias a las mediciones de alta precisión de la misión GRACE, cuyos registros resultaron en una imagen exacta, sin igual hasta la fecha, de la gravedad de la Tierra.
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