La colaboración como clave para acumular cultura

Un grupo de niños de tres y cuatro años, unos chimpancés y unos monos capuchinos fueron los protagonistas de un experimento en el que tenían que solucionar una serie de rompecabezas. Los científicos, liderados por Lewis G.Dean, constataron que los niños colaboraban e intercambiaban información mientras que los chimpancés y los capuchinos no.

Accumulation of human culture.

Accumulation of human culture.

Esa colaboración, dicen los expertos, puede ayudar a explicar por qué los humanos son únicos en su capacidad de acumular conocimiento cultural en el tiempo. Dicho de otra forma: las actividades corrientes de millones de personas en el siglo XXI, desde el manejo de un ordenador al comercio internacional, carecerían de sentido para alguien del siglo XI, “mientras que podemos sospechar, razonablemente, que los conceptos que hay en la mente de los chimpancés separados por siglos o incluso milenios no son muy diferentes unos de otros”, señalan los expertos Robert Kurzban y H. Clark Barrett en la revista Science, comentando los resultados del trabajo de Dean y sus colegas.

El experimento-juego que se hizo con los niños, chimpancés y monos capuchinos consistía en un rompecabezas  que permitía ir aumentando los niveles de dificultad si los sujetos del ensayo iban averiguando como manipular los compartimentos de una caja. Para ir solucionando los retos había que ir moviendo correctamente puertas de colores, botones, hendiduras y ruedas. Los investigadores constataron que los niños alcanzaban el nivel más alto mucho más fácilmente que los chimpancés y capuchinos. Además, vieron que su éxito estaba asociado a una serie de procesos sociocognitivos como comunicarse verbalmente instrucciones, por imitación y compartiendo los retos, comportamiento ausente en los otros dos grupos de sujetos del experimento, resume Science. Leer más de esta entrada

Los vascos muestran patrones genéticos únicos en 7.000 años

¿Sabe Vd. que la palabra española, galaico-portuguesa o catalana para «izquierda» y el nombre «Javier» o «Xavier» vienen del vasco o euskera preromano?

El Proyecto Genográfico, iniciativa de National Geographic e IBM para ampliar el conocimiento en la historia de las migraciones del ser humano, ha presentado el análisis más completo hasta la fecha de los patrones genéticos de los vascos, mostrando que la singularidad genética vasca es incluso anterior a la llegada de la agricultura en la Península Ibérica hace unos 7.000 años.

Migraciones humanas en haplogrupos mitocondriales

Hipótesis sobre las migraciones humanas basada en los haplogrupos mitocondriales. Imagen bajo bajo la licencia Creative Commons

A través del análisis detallado de las muestras de ADN de las regiones vascas francesas y españolas, el equipo del Proyecto Genográfico encontró que los vascos comparten patrones genéticos únicos que los distinguen de las poblaciones no vascas de los alrededores.

Publicado en la revista American Journal of Human Genetics, el estudio fue dirigido por Lluís Quintana-Murci, investigador principal del centro regional para Europa Occidental del Proyecto Genográfico. «Nuestro estudio refleja la historia de Europa y, desde luego podría extenderse a otros pueblos europeos. Hemos encontrado que los vascos comparten rasgos genéticos con otras poblaciones europeas, pero al mismo tiempo, presentan algunos linajes autóctonos que les hacen únicos«, dijo Quintana-Murci . «Esto se refleja en su lengua, el euskera, una lengua no indoeuropea, que en conjunto contribuye a la riqueza cultural de esta población europea

Este hallazgo genético va en paralelo a estudios previos de la lengua vasca, que se ha considerado lingüísticamente aislada, sin relación con ninguna otra lengua en el mundo. Es la lengua ancestral de los vascos que habitan en una región comprendida entre España y Francia, y que desde hace ya mucho tiempo se pensó que se remonta a las lenguas habladas en Europa antes de la llegada de las lenguas indoeuropeas hace más de 4.000 años.

Los investigadores del Proyecto Genográfico estudiaron el ADN mitocondrial (ADNmt), que se ha aplicado ampliamente al estudio de la historia de la Humanidad y es quizás mejor conocido como la herramienta utilizada para revelar la «Eva mitocondrial«, el ancestro femenino común de todos los seres humanos modernos y que vivió en África hace aproximadamente 200.000 años. También se ha utilizado para estudiar las variaciones regionales, tanto dentro como fuera de África, y proporciona información detallada en los patrones migratorios más recientes.

El Proyecto Genográfico, lanzado en 2005, entra en su octavo año en esta primavera. Cerca de 75.000 participantes de más de 1.000 poblaciones indígenas en todo el mundo se han unido a la iniciativa, junto con más de 440.000 simpatizantes que han comprado un kit de prueba y que enviaron sus muestras al laboratorio para el procesamiento.

Fuente. Europapress.es 7/3/2012  –  En otros medios:  lainformacion.com  8/3/2012   –  Science Daily 6/3/2012

Artículos relacionados:  Publico.es 20/3/2012   «Vascos: un genoma propio»

El Stonehenge gallego ejemplo de socialización del conocimiento

Han pasado más de dos décadas desde que el arqueólogo Antón Malde se topó por azar con una figura femenina, de rasgos toscos pero expresivos y sexo exacerbado, esculpida en bajorrelieve sobre una roca del cerro de Pena Furada, en el municipio coruñés de Coirós. Ahora, después de una primera intervención realizada el pasado año, se ha revelado que no se trata de una incisión aislada, sino que forma parte de un monumental y complejo santuario, fechado entre los últimos siglos antes de Cristo y los primeros de la era cristiana y que arroja luz sobre el sistema simbólico y religioso de los pueblos galaicos, antes y durante su romanización.Plano de la excavación

El hallazgo es relevante por varias causas, relatan Malde y Manuel Gago, doctor en Ciencias de la Comunicación, divulgador y la otra pata de un proyecto arqueológico singular, basado en la participación social. Hasta la fecha la investigación sobre la Edad del Hierro II en Galicia se ha encerrado en los castros, rara vez ha sobrepasado sus muros. En cambio, Pena Furada es un monte, con unos 280 metros sobre el nivel de mar, situado en un área vacía de este tipo asentamientos. Además, el conocimiento sobre las creencias de estos pueblos se limitaba casi a las aras romanas y a las inscripciones en ellas practicadas, pero no abundan las representaciones figurativas de sus dioses ni este tipo de estructuras arquitectónicas. Este yacimiento añade nuevos elementos para una intrincada gramática que solo se está entendiendo “de manera parcial”, en palabras de Gago.

Una de esas novedades, nunca probada en Europa para esta época, es el control sobre la incidencia que la luz solar tiene en el conjunto y las conexiones astrales que plantea. Así, la figura de A Moura —es probablemente una diosa de la fertilidad—, ubicada en un podio, en la parte más elevada del complejo, se revela con toda claridad al mediodía. Sin embargo, el otro antropomorfo, quizás masculino, es más visible hacia el ocaso. Malde está convencido de que no es casual. Tampoco lo es, a su juicio, que la vulva del bajorrelieve sea irradiada por el sol en su máxima intensidad durante el equinoccio de primavera, momento del año ancestralmente celebrado por fiestas y rituales. Ni que a diferencia de la estructura general del santuario, que se desarrolla en un eje norte-sur, esté orientada al oeste, relacionado con el mundo del más allá, según la tesis de Fernando Alonso, que también estudió A Moura. Leer más de esta entrada