El INAH usa novedoso método de exploración arqueológica

La tomografía eléctrica de resistividad, un nuevo tipo de exploración que permite conocer el interior de las pirámides sin tener que excavar, se lleva a cabo en la zona arqueológica de Pañhú, en Tecozautla, Hidalgo. El método usado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en colaboración con geofísicos de la UNAM, permite estudiar a fondo las estructuras, sin riesgo de deterioro. La implementación de este método de prospección geofísica para el estudio minucioso de edificaciones antiguas —en este caso, dos que tienen más de mil 300 y mil 500 años—, podría formar parte de una nueva rama que preliminarmente los especialistas han denominado como “arqueogeofísica”, comentó el investigador Andrés Tejero Andrade, integrante del equipo de expertos universitarios.

“Las técnicas geofísicas aplicadas al ámbito arqueológico han tenido un importante empuje en los últimos años, por ejemplo, para la exploración de pirámides egipcias se ha utilizado frecuentemente el radar de penetración terrestre, así como la tomografía eléctrica, pero distinta a la usada por nosotros en el Instituto de Geofísica (IGf)”, explicó Trejo. Sin embargo, en México estos procedimientos, y en particular la tomografía eléctrica de resistividad en 3D, no ha sido explotada en todo su potencial por la arqueología, pese a comprobar su eficacia en otros proyectos.

El equipo de geofísicos colocó cerca de 50 dispositivos galvánicos alrededor de la pirámide principal de la zona a una profundidad de 40 centímetros. Los electrodos, que al recibir una corriente eléctrica, permiten obtener información sobre la profundidad y el ángulo lateral, definieron el parámetro anómalo de resistividad (resistencia eléctrica específica de un material) aparente del terreno.   Leer más de esta entrada

Primer censo de una especie con fotos desde el espacio

Contar pingüinos emperador en su hábitat de hielo antártico no ha sido fácil hasta que los investigadores han empezado a utilizar una nueva tecnología que localiza estas aves desde el espacio, y han recibido además una agradable sorpresa de los pingüinos por sus esfuerzos. Mediante el uso de mapas por satélite con alta resolución suficiente para distinguir las sombras de hielo de los excrementos de pingüino, un equipo internacional ha llevado a cabo un censo sin precedente de pingüinos desde el cielo que se ha prolongado tres años.

La buena noticia fue que el equipo encontró una población de pingüinos emperador en la Antártida que sumaba alrededor de 595.000, casi el doble de las estimaciones anteriores. Pero la mala noticia es que algunas colonias han desaparecido por completo debido a los patrones cambiantes del clima y el futuro a largo plazo de las aves está lejos de ser seguro.

«Sí, este es el primer censo completo de una especie tomada desde el espacio, absolutamente«, dijo Barbara Wienecke, ecologista de aves marinas en la División Antártica Australiana (AAD), que habló con Reuters por teléfono desde el buque de investigación Aurora Australis.

Intentos anteriores de contabilización habían sido inexactos debido al relieve que hizo que algunas colonias resultaran inaccesibles o con temperaturas demasiado frías, que pueden caer en picado a – 50 grados Celsius. Esta vez, el grupo, una colaboración entre la AAD, del British Antarctic Survey, la Universidad de Minnesota y la Institución Scripps de Oceanografía, utilizó inicialmente fotografía aérea para calibrar sus análisis tomados sobre el terreno.

Los pingüinos emperador, con su plumaje distintivo blanco y negro, destacan sobre la nieve. Eso significa que las colonias son claramente visibles en las imágenes de satélite. Sus resultados se publican en la revista PLoS ONE.  La técnica también tiene la ventaja de no tener un impacto negativo sobre el delicado medio ambiente antártico o los pájaros.     Leer más de esta entrada